De Mina Clavero a La Paz, pueblitos
protegidos por las Altas Cumbres
Aunque hay otras maneras de entrar a Traslasierra, todos coinciden en que el camino de las
Altas Cumbres es la puerta grande.
El ingreso más difícil -las curvas están, y son
muchas- sirve para empezar a aclimatarse y conocer este valle verde y todavía
agreste del oeste de Córdoba, a unas tres horas en auto desde la capital
provincial, que algunos se animan a comparar con la Toscana.
120 km a lo largo de las rutas 20 y 14, algunas
ciudades y unos pocos pueblos, con algunas cosas en común: 300 días de sol al
año, un clima seco, una tierra donde se dan bien los olivares y viñedos, pero
también diferencias.
Cómo poner en la misma bolsa a Mina Clavero,
rebosante de negocios, semáforos y hasta con un casino, con la tranquilidad de
San Javier, donde subsiste la pulpería y los criollos siguen bajando la cuesta
en burro.
O a Nono, destino hippie chic con ofertas varias
para un viajero con presupuesto, con al remoto Luyaba, donde la cita más
importante del año es la "fiesta de la gallina hervida" y los
lugareños venden en la puerta de sus casas las hierbas -peperina, cedrón,
burro- que recogen en el monte profundo y después secan en sus patios.
O a Villa Dolores con Yacanto.
Todos
están cerca, a poca distancia entre sí, pero conservan un carácter que los
distingue
Por la ruta del vino
Entre todos los productos de Traslasierra, el
vino es el que está haciendo más ruido.
Hace 15 años la zona recuperó viñedos que habían
sido abandonados.
Hoy hay una incipiente, pero prometedora ruta del
vino: de las 16 bodegas de la zona, tres están en San Javier y en todas es
posible hospedarse.
La última en sumarse a la ruta fue Finca El Tala, que
escapa a cualquier etiqueta fácil. Es una bodega, con hermosos viñedos junto a
la pileta, pero también es un jardín botánico y un territorio para desmadejar
de a poco. Tenemos dos días para hacerlo. "Cada rincón es una foto",
dice nuestro anfitrión Gregorio "Goyo" Aráoz De Lamadrid. Y no es
metafórico. En la puerta de la casa de adobe en la que nos hospeda, hay un
estanque con lotos y nenúfares fucsias y naranjas, uno de los casi 20 que se
reparten en el predio de diez hectáreas, en el que se preservaron dos de monte
nativo. En otro rincón hay un molle de 200 años del que cuelga una tela para
improvisar acrobacias.
Siete años tardó Goyo en convertir lo que era su
casa en este espacio para recibir turistas. "El Tala representa para nosotros
las ganas de estar vivos y de hacer y crear cosas bellas", comenta
mientras invita un blend de su bodega Aráoz De Lamadrid y una bandeja con
charcuterie casera que también se elabora en la finca. De la reunión participa
el inglés Richard Kirton, con el que tienen proyectos en común -uno de ellos es
reflotar el recordado restaurante Peperina, en La Población- y quien también
produce ricos Syrah, con uva de Luyaba.
Muy cerca de El Tala trabaja quien fue el pionero de la vuelta
del vino a Traslasierra. Nicolás Jascalevich se formó en la Toscana y en
Francia, y aplicó lo que aprendió en subodega El Noble, que funciona en el hospedaje Las Jarillas.
Tiene 12 mil
plantas, el 70% Malbec, aunque reconoce una debilidad por el Merlot.
Es enólogo de otras
bodegas locales más pequeñas como Viarago o El Boleado. "
Tienen alguna
particularidad los vinos de Traslasierra?
“Una pregunta
difícil, faltan años para saberlo.
Lo que te puedo
decir es que de esta zona saldrán grandísimos vinos, que van poder competir con
los alta gama de cualquier provincia", dice con seguridad.
Atardecer en el mirador Escenario de Cielo
La plaza de San
Javier también ejerce su influjo. Allí se siente el ritmo de la vida serrana en
todo su esplendor, sobre todo después de las seis de la tarde.
Los lugareños y los
turistas orbitan alrededor del bar de Mario, el supermercado Machín y el
Restaurante de la Plaza.
Otro de los puntos
de encuentro es la conocida tienda Los Olivos, donde Sara Griskan muestra su
gran ojo para encontrar las mejores piezas de los artesanos de la zona.
La Población,
todavía más sosegado que San Javier y que Yacanto, si eso es posible.
Entre las viejas
casonas, con ladrillos a la vista o incluso pintadas de colores, destaca la
antigua morada de los Dixon, una familia irlandesa de la zona.
Hace diez años se
transformó en el hotel La Reserva, pero conserva su prosapia: los techos
altos, la buena madera, las enormes ventanas abiertas al jardín y con vista a
las sierras, la galería. "La casa tiene 110 años, y yo apenas entré sentí
una energía absolutamente positiva.
Este lugar te captura y te enamora. Hasta sentí que
acá me podría morir tranquila", dice Marilyn, la actual dueña, antes de
hacernos de guía por las calles desiertas del poblado, donde la apariencia de
que no pasa nada es una ilusión: ahí está Bonzo, el restaurante de moda, para
confirmarlo.
El arroyo San Javier baja del
cerro Champaquí y dividen este pueblo del vecino Yacanto.
DÓNDE DORMiR
SAN JAVIER
La Hondonada. Calle
pública s/n, a 2 km del centro de San Javier. T: (011) 5159-4602. Antiguo
rancho serrano de adobe remodelado con buen gusto y ampliado por sus nuevos
dueños, Carlos y Christian. Ambiente tranquilo, cálida atención, jardín
impecable y salida directa al arroyo San Javier. También ofrecen almuerzos y
cenas a los huéspedes. Aceptan mascotas.
YACANTO
Hotel Yacanto. Calle
s/n. T: (3544) 48-2002. Emblemático hotel construido por los ingleses del
ferrocarril. En 2020 cumple su centenario y es el único de su estilo que jamás cerró.
Cancha de golf de 20 hectáreas y un bar tradicional donde beber gin tonic.
Amerita al menos una visita.
Estancia
La Cruz. Calle Camino Champaquí 5877. T: (011) 155-047-5856. Hotel
boutique ambientado por el artista cordobés y ganador de un Oscar Eugenio
Zanetti con la escenografía de sus películas. Estética excéntrica y
hollywoodense. Buenos precios, servicio bastante informal.
VILLA LAS ROSAS
Spa Las Dalias.
Quebrada del Indio s/n, Quebrada Norte. T: (03544) 49-4559. A cargo de Pepe
Bidart y Liliana Racauchi, funciona hace 24 años como destino para
desintoxicarse de la ciudad y de la vida moderna. Cocina macrobiótica, clases
de yoga, tai chi, charlas sobre nutrición, caminatas, masajes, tratamientos de
belleza con productos naturales. Jardín con flora nativa.
NONO
Calma Nono. Paraje La Quebrada s/n, Nono. T: (03544)
1543-4952.
Hospedaje ideal para parejas (no
aceptan niños). Amplias suites con jacuzzi, deck y terraza. Pileta de 20 por 10
con vista a las Sierras Grandes. Reiki, yoga