El siguiente ejemplo pertenece al cubano Julio Miranda, quien pasó la mayor
parte de su vida en Venezuela. Tenaz difusor de la microficción venezolana.
Pasión
- Julio Miranda
El hombre, con los brazos abiertos delante de la puerta, le obstaculizaba el
paso. Ella no pudo evitar una sonrisa, pese a todo.
-Pareces un Cristo.
-No te vas.
-Volveré en unos días.
-¿Está de nuevo aquí, verdad?
-¿Para qué lo preguntas?
-No te vayas.
-Déjame salir.
-¿Esto va a durar toda la vida?
-No lo sé.
El hombre se apartó, cruzó junto a ella evitando rozarla, se sirvió un trago y
se hundió en un sillón, derramándose encima parte de la bebida, mientras la
puerta se cerraba. Se levantó de inmediato, fue hasta la ventana: solo entonces
se dio cuenta de que llovía.
-Se va a mojar -dijo en voz muy baja.
Miranda sobresale especialmente como autor de microrrelatos realistas.
"Pasión" se destaca por el sabio uso de la elipsis.
El lector
comprende lo que sucede a partir de lo poco que se dice y lo mucho que se deja
entrever. En cuanto a lo que se dice, la mención a Cristo, al principio, ya
introduce la idea de sufrimiento. Y el pensamiento expresado en la última línea
del diálogo, trivial en sí mismo, no pudo ser mejor elegido para mostrar la
magnitud de los sentimientos del protagonista.
"
Pasión" no fue recogido en libro, apareció por primera vez en
el periódico El Universal de
Caracas el 18 de enero de 1998.